Una treintena de bolsas de plástico y otros restos de plástico han sido encontrados en el estómago de una ballena muerta la semana pasada en Noruega. La autopsia demostró que el cetáceo de seis metros y dos toneladas estaba enfermo y sufría; en su intestino no había ningún alimento y solo lo cubría una fina capa de grasa. La ballena quedó varada en varias ocasiones en la costa de la isla de Sotra, en el suroreste de Nouega. Todos los intentos por devolverla al mar fueron inútiles, por lo que tuvo que ser sacrificada.