La emoción y las lágrimas desbordaron el sábado el estadio Arena Condá de Chapecó, en el sur de Brasil.

Dos meses después del accidente aéreo en el que murió casi toda la plantilla del club y muchos miembros de su directiva, los tres jugadores supervivientes levantaron el trofeo de la Copa Sudamericana, cuya final que debían disputar en ese fatídico viaje frente al Atlético Nacional de Colombia. Los familiares de los fallecidos recibieron las medallas de campeones.

La nueva plantilla del Chapecoense disputó un encuentro amistoso contra el Palmeiras, el último equipo con el que se enfrentó antes de la tragedia.
El partido, que concluyó con empate a dos, se paró en el minuto 71 en honor a las 71 víctimas mortales del accidente. Un mar de aplausos inundó el estadio.