Madrid, 13 ene (efesalud.com). El doctor Santiago Araúz de Robles, jefe de la Unidad de Hombro de la Clínica CEMTRO de Madrid, interviene en el videoblog de Traumatología para explicar los pormenores de la tendinitis calcificante, una patología frecuente y dolorosa que aflige con dolor agudo y espontáneo la estructura articular del hombro en personas con edades que van desde los 30 a los 50 años, con mayor incidencia en las mujeres.
Los depósitos de calcio, signo de alteración en la función de los tejidos, se localizan en el espesor del tendón y en la bursa subacromial, por encima del tendón, ya sea en el supraespinoso (un 65% de los casos), en el infraespinoso (30%) o en el subescapular (alrededor del 5% de los pacientes).
La calcificación del hombro tiene una fase formativa, poco a nada dolorosa, y una fase reabsortiva, con episodios de dolor agudo.
Su incidencia abarca a todo tipo de personas, activas o sedentarias, que trabajan o no, que practican deporte o no se ejercitan. Suele ser más prevalente en mujeres, un 1,5% más, y se acrecienta en el brazo dominante, el que más usamos.
"Desconocemos la causa concreta por la que se depositan los cristales de calcio en los tendones del hombro -apunta-, pero sí que sabemos que es un hecho habitual en el cuerpo humano. Hasta un 20% de las personas sin dolor en el hombro tienen depósitos de calcio en estas articulaciones, y no lo saben".
Se piensa que la calcificación se produce por excesiva vascularización -formación de vasos sanguíneos y capilares- en los tendones. El origen del dolor, por tanto, no es mecánico, es inflamatorio y muy agudo.
"En muchas ocasiones, los pacientes no reflejan dolor mientras se forman dichos depósitos, pero de vez en cuando sufren crisis muy intensas, normalmente por la noche, aunque no muevan el brazo para minimizar los pinchazos. Es uno de los motivos por los que los pacientes acuden Urgencias a las cuatro de la mañana. No pueden dormir por el dolor", dice Santiago Araúz.
Curiosamente, es posible que este dolor surja en la fase de reabsorción del calcio.
"A veces, es el preludio de que los cristales de calcio se están disolviendo. Es una buena noticia que no quieren escuchar los pacientes, ya que en esos momentos las están pasando canutas", señala.
La tendinitis calcificante es un proceso que se cura con paciencia, analgésicos e inyecciones con fármacos paliativos, sin pasar por el quirófano; por lo que el tratamiento debe ser conservador. La calcificación termina desapareciendo, aunque suele tardar en hacerlo.
"Luego retorna la normalidad -asegura- y se les aconseja que hagan vida normal, sin sobreproteger la articulación para no causar una rigidez secundaria en el hombro".
La tendinitis calcificante se relaciona con enfermedades que afectan a la población en general.
"Trastornos del calcio, con la aparición de piedras en el riñón o en la vesícula, diabetes, trastornos endocrinos, osteoporosis, etc.; pero La gran mayoría de nuestros pacientes no sufren estas patologías y es gente aparentemente sana, sin enfermedades diagnosticadas", indica.
Cuando los pacientes reflejan mucho dolor y de forma continua, llegando a ser crónico, se pueden emplear técnicas de rehabilitación con ondas de choque o técnicas de aspiración por punción guiada por ecografía para extraer el calcio.
"Las calcificaciones pasan por diferentes estadios de solidez. Unas veces son duras, como la tiza, y otras resultan blandas, a modo de pasta dentífrica. Este calcio en fase de reabsorción natural, el más blando, se puede aspirar con punción".
En los casos más graves, alrededor de un 5% de los pacientes, la cirugía resuelve la situación cuando fracasa todo lo demás.
"Tienen grandes calcificaciones en los ligamentos de la articulación y suelen ser de tamaños superiores a los cinco o diez milímetros, incluso pueden llegar a los tres centímetros".
Es la hora de la artroscopia, cirugía mínimamente invasiva.
"Solemos encontrarnos un hombro con bursitis -inflamación de unas bolsas llenas de líquido que se localizan en los músculos y los tendones-, es decir, tenemos que sanar todo el tejido de la zona, que está muy irritado, sensible y con hemorragia. A continuación trituramos los depósitos de calcio y los aspiramos, la manera más eficaz de limpiar el hombro de calcificaciones", describe.
Cuando el tendón del paciente lo requiere, los especialistas suturan los pequeños daños causados por el calcio en su estructura. También cabe la posibilidad de que se tenga que limar hueso o que se efectúe una artrolisis -extirpar adherencias- para suprimir la rigidez de la articulación y recuperar la movilidad total del miembro superior.
Lo fundamental es que los pacientes puedan introducir el tique en la barrera del aparcamiento, dormir con el brazo por debajo de la almohada o sujetar a su bebé elevándolo hacia el cielo.
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