Tras haber atravesado un proceso judicial duramente cuestionado, la dirigente social argentina, Milagro Sala, fue condenada a tres años de prisión en suspenso por considerarla responsable de una protesta contra el gobernador de la Provincia de Jujuy, Gerardo Morales, que tuvo lugar en 2009. Durante su última alocución, Sala reiteró lo que otras organizaciones sociales han venido denunciando: que su detención obedeció a razones políticas. El tribunal decidió sentenciar a Sala pese a que todos los testigos presentados por la parte acusadora negaron haberla visto en aquel episodio. teleSUR