“No hay signos de supervivientes”. Es lo que ha dicho el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, pocas horas después de estrellarse un avión militar en el mar Negro, con 92 personas a bordo (84 pasajeros y ocho miembros de la tripulación). El aparato había desaparecido de los radares al poco de despegar de Sochi, donde había hecho escala, tras salir de Moscú rumbo a Siria.
“La operación de búsqueda continúa. Cuatro barcos y cinco helicópteros están operando en la zona de búsqueda del aparato, así como aviones no tripulados”, ha declarado Igor Konashenkov, portavoz del ministerio ruso de Defensa.
Los primeros restos del avión fueron hallados “a un kilómetro y medio del litoral de Sochi y a una profundidad de entre 50 y 70 metros”. El primer cadáver fue localizado a seis kilómetros de la costa.
“Las listas de las personas que se encontraban a bordo del Tupolev-154 están en la web del Ministerio de Defensa ruso, así como un teléfono de información”, ha indicado el portavoz de Defensa.
En el aparato viajaban ocho militares, 65 miembros del coro y conjunto de danza Alexandrov, conocido como coro del Ejército Rojo, dos altos funcionarios civiles, una reputada responsable de una organización caritativa, Elizavéta Glinka, y nueve periodistas. Viajaban a Siria para ofrecer un espectáculo de Año Nuevo en una base aérea.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha encargado a su primer ministro, Dmitri Medvédev, ponerse al frente de la investigación del accidente. Putin ha decretado este lunes como jornada de luto nacional.
The President has instructed MedvedevRussiaE to form and head a state commission on the crash of Tu-154 in Sochi https://t.co/Kg3PYX0M1Y— President of Russia (KremlinRussia_E) 25 de diciembre de 2016