Madrid, 25 dic (EFE).- El futuro de las cabinas telefónicas parece en juego en España después de que ningún operador se haya presentado al concurso para renovar este servicio y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) haya cuestionado su mantenimiento dentro del servicio universal de telecomunicaciones.
Varios factores influyen en la posible desaparición de las populares cabinas, que comenzaron a funcionar en España en 1928, cuando se instaló el primer teléfono público en el Parque de El Retiro de Madrid.
El principal de esos factores en su decreciente uso y el coste cada vez mayor de mantenerlas, en parte por el vandalismo que sufren.
El último capítulo de esta lenta decadencia ha llegado esta semana, al conocerse, por su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que habían quedado desiertos los concursos convocados tanto para mantener los teléfonos públicos como para elaborar y entregar las guías telefónicas, servicios que hasta final de año están adjudicados a Telefónica.
Fuentes del sector dan por hecho que la operadora que preside José María Álvarez-Pallete tendrá que seguir prestando este servicio al menos un año más, mientras se decide si las cabinas se sacan del servicio universal de telecomunicaciones, como propone la CNMC y como ha ocurrido en países de nuestro entorno, como Francia.
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