Cincuenta millones de euros. Esa es la cantidad que va a pagar la cadena de muebles Ikea después de que tres niños estadounidenses murieran aplastados por un mismo modelo de cómoda comercializado por la compañía sueca.
El dinero, que ha sido fijado en un acuerdo judicial, se dividirá a partes iguales entre las tres familias. Además la compañía donará otros 250.00 dólares a hospitales infantiles y una ONG dedicada a la prevención de accidentes domésticos. Tras las muertes Ikea retiró del mercado estadounidense 29 millones de estas cómodas.