Rosas rojas para denunciar lo que consideran “un complot de la izquierda” contra la presidenta de Corea del Sur, destituida por un escándalo de corrupción.

Los partidarios de la conservadora Park Geun-hye, 30.000 según la policía, han pedido este sábado en las inmediaciones del Palacio de Justicia la anulación de la moción de destitución aprobada por el Parlamento.

“Protestamos contra esta destitución provocada por los medios que confunden a los ciudadanos con informaciones falsas. Los fundamentos de la destitución se basan también en el engaño, por esta razón estamos en contra y traemos rosas como símbolo para que la paz reine en el país”, decía uno de sus partidarios, Kim U-ghi de 61 años.

Pocas horas antes, también en Seúl, sus detractores volvían a manifestarse por octava semana consecutiva, para pedir que la presidenta abandone el Palacio Presidencial. Aunque el Parlamento la ha apartado de sus funciones como jefa de Estado, su futuro está pendiente del Tribunal Constitucional que dispone de seis meses para emitir su veredicto.

“La Asamblea Nacional debería haber aprobado la destitución antes, y el Tribunal Constitucional debe pronunciarse a favor. Esta puede ser una oportunidad histórica para el desarrollo de nuestro país”, comentaba uno los manifestantes, el empresario Shim Jae-kyu de 49 años.

La Fiscalía surcoreana considera que Park es cómplice de un caso de corrupción. Un caso que ha llevado a su amiga íntima, Choi Soon-sil a la cárcel.

Según la investigación, la conocida como la rasputina surcoreana utilizó su influencia para extorsionar a empresas privadas a cambio de dinero.