Nicolás Madulo ha ordenado el cierre de la frontera con Colombia durante 72 horas. Con esta medida el presidente venezolano pretende cortar el paso a las “mafias” colombianas que, según dice, han sacado papel moneda del país, en connivencia con Estados Unidos, para desestabilizar la economía venezolana.
“Organizaciones norteamericanas planifican, a través de organizaciones no gubernamentales, este golpe financiero para buscar dentro de la guerra económica asfixiar a nuestro país y crear un malestar en el ánimo de la población”, ha dicho el ministro venezolano de Interior y Justicia, Néstor Reverol.
Esas mismas 72 horas serán las que tendrán los venezolanos para entregar en la banca pública todos sus billetes de 100 bolívares, los más utilizados. Eso supone que Caracas va a retirar del mercado en tres días casi la mitad del dinero en efectivo en circulación. Jonathan González, un joven que vive en Caracas, se lamenta:
“Es casi una broma que de la noche a la mañana quieran quitar ese papel moneda que es prácticamente el 80 por ciento del efectivo que uno mueve en la calle”.
“No le vemos la lógica. Esto (los billetes) tiene que ir saliendo poco a poco. Lo que pasó es que hay una moneda nueva y eso va a devaluar este billete demasiado, y nosotros somos los que nos vamos a ver afectados, los venezolanos”, añade Teolvis Salcedo, un conductor de moto-taxi.
En Venezuela la inflación es galopante. Con los billetes de 100 bolívares que están siendo retirados ya no se puede comprar casi nada y en dos días aparecerán nuevos billetes con valores muy superiores para adaptarse a la situación.