Tras hacerlo con la polución, París declara la guerra a las ratas. La capital francesa ha puesto en marcha medidas para luchar contra la invasión de roedores que sufre la ciudad y que conlleva problemas “sanitarios, estéticos y económicos”, según el consistorio. Una de ellas es el cierre de algunos parques y plazas para combatirlos.
“El problema existe porque las personas vienen y quieren alimentar a las aves y los gatos callejeros, pero al final las ratas son las que se benefician de ello”, dice Gilles Demodice, que pone una trampa con veneno, pero en ocasiones los roeadores no caen en ella porque ya han comido los restos destinados a las palomas.
Recuerda que anteriormente solía poner el veneno directamente en los nidos de rata y los sellaba. Pero esa técnica está prohibida ahora,