Un cargamento de deberes a las puertas del Ministerio de Educación. Esta familia representa a otras muchas que piden un uso más racional de los deberes escolares. Mochilas llenas de tareas simbolizan el exceso de deberes a los que tienen enfrentarse día a día muchos alumnos en nuestro país.

Sin embargo hay experiencias educativas que promueven otras alternativas pedagógicas. Como el Colegio Alvar de Madrid, que se ha declarado “escuela sin deberes”.

La idea consiste en que los alumnos participen activamente de su proceso de aprendizaje. Pero en el aula, con la tutela del profesor. Además disminuir la carga de deberes alivia las relaciones familiares y contribuye a quitar presión al alumno.

Según un estudio de Ikea, el 80% de los padres apuesta por unos deberes diferentes. Por eso, estas familias se han reunido para promover una reflexión profunda sobre el tema pero respetando siempre la labor de los docentes.

Menos lenguaje y más potaje. Menos revisión y más salmón. Padres y alumnos han protagonizado una marcha por el centro de Madrid, para reivindicar menos deberes y más cenas familiares.

Y no solo para cenar, compartir mesa toda la familia es otro tipo de enseñanza que los niños pueden aprender.