La Fiscalía ya ha indagado a varios hombres de negocios, entre ellos, Chung Mong-Koo, el presidente de Hyundai, el cuarto mayor fabricante de coches del mundo.
Están implicados en el conocido como Choi Soon-sil Gate, el nombre de la amiga íntima de la jefa del Estado apresada hace tres semanas por haber extorsionado a grandes conglomerados industriales, entre ellos, Samsung para que ingresaran gigantescas sumas de dinero en fundaciones creadas por ella que, luego, utilizaba con fines personales.
El enfado de la población culminó, ayer, en la mayor protesta en la historia democrática del país asiático, la tercera marcha desde que se destapó el caso. El hecho de que una desconocida sin cargo público haya podido influir desde la sombra en decisiones gubernamentales y enriquecerse ha hecho mella en la popularidad de la presidenta, la más baja que haya conocido un líder en el país.
Park Geun-hye ha reconocido haber depositado una gran confianza en su amiga Choi Soon-sil Gate y haber fallado en su deber de ser vigilante pero ha desmentido numerosos rumores sobre su supuesta participación, bajo la influencia de la que los medios apodan “Rasputina”, en cultos religiosos de inspiración chamánica. La confidente de Park es la hija de un misterioso jefe religioso, Choi Tae-Min, convertido en su mentor después del asesinato de su madre en 1974.