El primer ministro de Hungría buscará otra manera de combatir las cuotas para repartir los refugiados impuestas por Bruselas. Viktor Orbán ha dicho que no volverá a proponer una enmienda a la Carta Magna para prohibir la llegada de refugiados después de que, el martes, el parlamento húngaro rechazara su propuesta. El jefe del gobierno pretendía anclar como ley constitucional la prohibición de que pueda “asentarse” en Hungría “población extranjera” sin la autorización previa del Parlamento. En contra votaron solo tres legisladores independientes, mientras que el resto (65) se abstuvo, lo que significa que ningún partido de la oposición votó.
Orban se granjeó las críticas de muchos líderes europeos con la construcción de un muro con Serbia, medida principal de su política antiinmigratoriaa que contó, también, con el apoyo del opositor Jobbik, este partido de ultraderecha le ha negado, ahora, el apoyo a la enmienda constitucional puesto que supeditó su voto a la eliminación de los llamados “bonos de residencia”, documentos que otorgan el permiso de residencia a todos los extracomunitarios que compren 250 000 euros de bonos especiales del Estado húngaro.