Tobe Hopper, el director de Poltergeist es un gran amante del cine de Hitchcock y es tan fan que le dedicó varios guiños en Salem’s Lot. En La matanza de Texas, utilizaba como base del personaje Leatherface a Ed Gein, el mismo asesino en serie que inspiró a Norman Bates. En realidad la obra magna de Hooper no es sino una revisión malsana y setentera de la pesadilla american gothic que implantó Psicosis.
El escenario original de la Casa y el Motel Bates fueron construidos en el mismo estudio que el escenario de El Fantasma de la Ópera, que aún se mantiene en pie en Universal Studios, en Universal City, cerca de Hollywood, y es una actual atracción del estudio.
La famosísima escena de la ducha transcurre en 3 minutos e incluye 50 planos. La mayoría de los planos son extremadamente cortos, excepto en los planos que se dirigen a la ducha antes y justo después del asesinato. La combinación de los planos son de tan corta duración en la secuencia que resulta más impactante, más subjetivo, más incontrolado, y más violento de lo que las imágenes presentarían por sí solas o en un ángulo más amplio.
Alfred Hitchcock había previsto originalmente que la secuencia de ducha fuese completamente silenciosa pero, el compositor Bernard Herrmann, le hizo cambiar de opinión cuando al rodarla con el famoso grito la sensación que transmitió fue espeluznante. Un sondeo realizado en Gran Bretaña ha consagrado a la música de Psicosis, como de las más terroríficas de la historia del cine, superando a las melodías de La profecía, La Llamada, El Fantasma de la Opera o El Exorcista.
Fue nominada a cuatro premios de la Academia: Mejor Director, Mejor Actriz, Mejor Cinematografía Blanco y Negro y Mejor Diseño de Producción Blanco y Negro. A pesar de sus innovaciones técnicas y narrativas, no ganó un solo premio Oscar, una enorme injusticia.