La inflación se acelera en el Reino Unido al uno por ciento, en medio de una pronunciada caída de la libra esterlina en las últimas semanas. En septiembre, los precios al consumo en el país pasaron del 0,6 por ciento de agosto a ritmo anual a este uno por ciento en una tendencia anunciada tras el voto a favor del ‘brexit’ en el referéndum del 23 de junio. Son datos de la Oficina de Estadísticas Nacionales que no se atreve, sin embargo, aun a establecer esta relación. En todo caso, no se registraba una inflación tan alta desde noviembre de 2014 y la causa es un encarecimiento de la ropa y la gasolina y una estabilización del gas.
En 2015, los precios al consumo en el Reino Unido volvieron a acercarse al cero por ciento. Y, en 2016, se habían situado en torno a un 0,5 hasta que el resultado del referéndum ene junio los volvió a impulsar hacia arriba.
Paralelamente, la libra se ha depreciado a mínimos por la incertidumbre económica. A principios de octubre, tocó su menor nivel respecto al dólar en treinta y cinco años cuando se conoció que la primera ministra Theresa May opta por un ‘brexit duro’ que puede privar al país de su acceso al ‘mercado único’ europeo. Esta caída de la libra encarece las importaciones y el propio gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, reconoce que el año que viene la inflación superará el dos por ciento deseado.