Cientos de tailandeses acuden al Gran Palacio Real para despedir al monarca Bhumibol Adulyadej.
Vestidos de negro y desafiando las altas temperaturas, muchos ciudadanos esperan pacientes para poder firmar en el libro de condolencias por la muerte el pasado jueves del que fuera el rey más longevo del mundo.
“Aguanto el calor, no creo que sea difícil aunque en un principio los oficiales nos dijeron que teníamos que esperar durante siete días. Esperaré hasta poder entrar”, asegura esta mujer. “Quería venir para presentarle mis respetos y estoy dispuesta a ayudar de todas las maneras posibles: dando agua o ventiladores porque está haciendo mucho calor”, explica esta tailandesa.
Los homenajes se suceden en un contexto marcado por la creciente incertidumbre que genera el relevo en el trono.
El polémico príncipe Vajiralongkorn no cuenta con el apoyo del que disfrutaba su padre.
Sus largas temporadas en el extranjero y excentricidades como haber nombrado jefe del Ejército a su perro han dado alas a sus detractores.
Para sorpresa de muchos, el príncipe ha decidido abrir un periodo de luto antes de asumir el trono. Hasta que llegue ese momento, el presidente del Consejo Privado, Prem Tinsulanonda, ha asumido la regencia de Tailandia.