La libra esterlina mantiene su tendencia bajista, lo que puede favorecer momentáneamente a las industrias británicas en sus exportaciones pero supone una hipoteca para el futuro. Así, las importaciones se encarecen y esto acaba por perjudicar a las mismas industrias en su proceso de fabricación y hace aumentar la inflación.

El viernes pasado, la libra tocó un mínimo en tres décadas al marcar 1,18 dólares. Y los expertos prevén que antes de terminar el año puede caer a 1,10 e igualarse con el euro.

“Si te encuentras en el sector manufacturero y tienes que comprar componentes del extranjero, la debilidad de la libra es un gran problema”, afirma este analista bursátil.

Para los consumidores, el problema es que un país de servicios como el Reino Unido es básicamente importador. Y, si los productos que vienen de fuera son más caros, se teme que se disparará la inflación. En consecuencia, los británicos perderán poder adquisitivo aunque sus salarios también aumenten.

“Tardará un tiempo para que los consumidores se sientan afectados y pasará de dos maneras”, advierte este analista bancario. “Por un lado, subirán los precios a causa del aumento del coste de las importaciones y, por otro, se reducirá la confianza”.

Paralelamente, el Estado recaudará menos impuestos. Según el diario ‘The times’, el Gobierno calcula que dejará de ingresar anualmente 73.000 millones de euros si se cierra completamente el acceso al mercado único de la UE. Aunque el exgobernador del Banco de Inglaterra, Mervyng King, le ve cosas positivas.

“Durante la campaña se dijo que el peligro del ‘brexit’ era que acabaríamos con tipos altos, bajada de los precios de las casas y caída de la divisa”, recuerda King. “Pensé que era un sueño. Porque esto es lo que hemos intentado alcanzar en los últimos tres años y ahora es posible”.

Por el instante, la bolsa de Londres marca máximos históricos por las mayores exportaciones de sus empresas cotizadas.

#FTSE 100 nears a record-high but the pound drops below $1.23 as #Brexit hard-landing fears rattle City https://t.co/2BFITjWnnC— The Telegraph (@Telegraph) 11 de octubre de 2016