Una reconciliación a lo grande acelerando los acuerdos económicos que sus encontronazos respecto a la guerra en Siria habían congelado.
Para empezar han firmado el acuerdo de construcción del gasoducto Turkish Stream que debe remplazar a South Stream, proyecto al que se opuso la Unión Europea.
Han dejado atrás la retahíla de sanciones desencadenada después de que, el año pasado, la aviación turca destruyera dos aviones de combate rusos en la frontera siria. También, han definido límites en sus diferentes agendas en Siria llegando incluso a hablar de cooperación, tal y como ha dicho Recep Tayyip Erdogan: “estamos de acuerdo en que debemos cooperar especialmente para aliviar a la gente de Alepo, veremos qué tipo de estrategia común podríamos poner en práctica para traer la paz en ese área”, ha dicho Erdogan.
“Nos hemos puesto de acuerdo sobre la necesidad de aportar ayuda humanitaria a Alepo, la cuestión es poder hacerlo de manera segura evitando nuevas provocaciones como los bombardeos a convoyes humanitarios”, ha dicho el presidente ruso Vladímir Putin durante su participación en el Congreso Mundial de la Energía inaugurado el lunes en Estambul.
Erdogan y Putin hablan de paz mientras que el secretario general de la ONU quiere que se investigue a Rusia por posibles crímenes de guerra en Alepo.