Rusia se muestra dispuesto a congelar e incluso reducir su producción de petróleo, afirmó su presidente Vladímir Putin en Ankara. Aprovechando el Congreso Mundial de la Energía con la presencia de líderes como el presidente turco Recep Tayyip Erdogan o el venezolano Nicolás Maduro, Putin se alineó públicamente con el principio de acuerdo de la OPEP de bajar la actual producción de los países miembros del cartel.
“Apoyamos una iniciativa reciente de la OPEP para limitar la producción y deseo que esta idea se transforme en acuerdos específicos en la reunión de la organización en noviembre, para enviar un señal positivo a los mercados e inversores”, manifestó Putin.
Por su parte, los responsables de Arabia Saudí estimaron posible que el precio del barril de Brent alcance de aquí a finales de año los sesenta dólares. Tras estas declaraciones, el barril de Brent que cotiza en Londres tocó su mayor nivel en un año: 53,60 dólares.
Las palabras de Putin ayudaron a ello. Pero, a finales de septiembre, Rusia llegó a bomberar una cantidad récord de once millones de barriles diarios. La OPEP se ha comprometido a situar su producción por debajo de los treinta y tres millones.