Trasiego de ambulancias en el hospital de Semdinlí, en el sureste de Turquía, tras un atentado suicida que ha dejado al menos diecinueve muertos y una treintena de heridos.
El ataque, con una camioneta cargada de explosivos, se ha producido en un puesto de control establecido en una carretera de esta región montañosa fronteriza con Irak e Irán en la que se registran continuas refriegas entre la guerrilla kurda y el Ejército turco.
Diez de los fallecidos son militares y ocho son civiles. El estado de varios de los heridos es muy grave. Las autoridades turcas han atribuido la autoría del atentado al PKK, el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán.