Estados Unidos intenta mantener la esperanza en el ya casi inexistente alto el fuego en Siria. El resto de los países expresan su escepticismo sobre el acuerdo ruso-estadounidense.
Mientras, Rusia señala al Estado Islámico como atacante del convoy humanitario de la ONU al noroeste de Alepo. Un video difundido por Moscú y grabado desde un dron muestra según la interpretación rusa a yihadistas del Estado Islámico con armamento pesado al lado del convoy de la ONU.
Moscú asegura que ni la aviación rusa ni la siria atacaron el convoy de la ONU, algo de lo que Estados Unidos responsabilizó directamente al Ejército ruso. Rusia asegura que no hubo ataque aéreo alguno sino un incendio de la carga, que empezó de forma simultánea a la ofensiva de los islamistas sobre Alepo.
En Ginebra, el portavoz de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jens Laerke, advirtió: “Si se determina que este ataque desalmado es un ataque deliberado contra trabajadores humanitarios, constituiría un crimen de guerra. Hago un llamamiento para llevar a cabo una investigación inmediata, imparcial e independiente sobre este incidente letal. Sus perpetradores deben saber que un día serán considerados responsables de violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos “.
En el ataque al convoy el lunes pasado murieron una veintena de civiles y al menos un empleado de la Media Luna Roja. Como consecuencia la ONU ha suspendido la entrega de ayuda humanitaria en Siria. El ataque ha ocurrido el mismo día en que el gobierno sirio dio por terminada una tregua de siete días negociada por Estados Unidos y Rusia.