La principal festividad en el islam coincide con los últimos días de la peregrinación mayor a La Meca.

En la ciudad santa, cerca de dos millones de peregrinos han cumplido con la tradición de la llamada “lapidación del diablo”. Los fieles lanzan siete guijarros a cada uno de los pilares que representan las apariciones del demonio al profeta Ibrahim.

Los fieles han llenado también la explanada de la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén. El presidente palestino, Mahmud Abás, se ha sumado a la oración en la ciudad cisjordana de Ramala, donde ha depositado una ofrenda en la tumba de su antecesor, Yaser Arafat.

La festividad musulmana del Eid al Adha no ha librado a Afganistán de la violencia talibán. Al menos tres personas han muerto en un ataque registrado en un hospital en el sur del país.

La Fiesta del Sacrificio concluye con la tradición de degollar el ganado. La res se reparte entre los amigos, la familia y los pobres.