La virgen, según la historia, apareció en 1835, se le conoce como la “Mamita de los cerros”. Nos permite ver una parte de Argentina que pocos conocemos, una región de mayoría indígena y que recuerda más al altiplano (Jujuy es vecina con la hermana Bolivia). Los devotos “suben” hasta Punta Corral a pie, es parte de la peregrinación y el sacrificio que hacen los feligreses, una costumbre cristiana que se repite de formas distintas alrededor del munco (Los Palmeros de Chacao en Venezuela o Croag Patrick en Irlanda). El origen de la devoción a la virgen viene por dos historias: El primero ubica el inicio de la devoción en Copacabana a comienzos del siglo XVI cuando el Jefe Inca Tito Yupanqui le ofreciera votos a la Virgen en aquella localidad, para poder sobrellevar la calamidad agrícola que azotaba por esos días. El segundo se corresponde con la aparición de la Virgen en el Abra de Punta Corral, dentro la Estancia Vieja, cuando don Pablo Méndez (campesino del lugar), protegiéndose de la inclemencias climáticas se refugiaba en ese paraje en el mes de julio de 1835. Las ermitas y el sincretismo caracterizan a este celebración del cristianismo y las culturas originarias (La quebrada de Humahuaca es declarada Patrimonio de la Humanidad en 2004). La solidaridad y el respeto a la tierra caracterizan esta práctica. teleSUR