A pesar del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, el aparato de agresión hacia la Isla no ha sido desmontado. Según afinidades e intereses en la Isla el entrenamiento a supuestos opositores y el pago por servicios prestados. La asignación de fondos continúa, y hasta los terroristas se reciclan a supuestos pacifistas. Continuar la lectura en:
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