Los combatientes kurdos aseguran haber arrebatado el 40 por ciento de la ciudad de Manjib al llamado Estado Islámico. Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña la zona del noreste de Aleppo es escenario de feroces batallas entre los combatientes de las opositoras a Damasco Fuerzas Democráticas de Siria y los islamistas. Se trata del último reducto importante del llamado Estado Islámico en Siria.

Defensa Civil Siria, un grupo de voluntarios que desarrolla labores de rescate, denunció un supuesto bombardeo con sustancias químicas el lunes en la población de Saráqeb, en el este de la provincia septentrional siria de Idlib.

Defensa Civil precisó que un helicóptero arrojó dos barriles que contenían cada uno cinco botes de cloro y bolas de hierro de distintos tamaños. La nota agregó que al menos 33 civiles fueron afectados por el gas, entre ellos diez menores y dieciocho mujeres, y que el estado de tres personas es “grave”.

La oposición Coalición Nacional Siria acusó al presidente Bashar al Asad de estar detrás del ataque. Asad ha negado siempre las anteriores acusaciones de haber utilizado armas químicas.

El bombardeo en Saraqeb se produjo después de que un helicóptero ruso Mi-8 fuera derribado el lunes por combatientes en la misma zona de Idlib. El Kremlin dio por muertos a los cinco tripulantes. Según Rusia regresaba a su base tras llevar ayuda humanitaria a la ciudad de Alepo.
El Observatorio informó de que los bombardeos se intensificaron en esa área tras la caída del helicóptero ruso, pero no precisó si fueron ataques de la fuerza aérea siria o de la rusa.