En La India, un tribunal condena a cadena perpetua a once individuos por el asesinato de 69 musulmanes en el marco de la masacre que tuvo lugar en 2002 en la localidad de Gujarat. Otros acusados han sido sentenciados a diez o siete años de cárcel.
Los disturbios comenzaron como reacción al incendio de un tren lleno de peregrinos hindúes. En los días siguientes, más de mil musulmanes fueron asesinados por radicales hindúes ante la pasividad policial.
Decenas de personas han sido condenadas por estos hechos, incluido un político local del partido del entonces primer ministro Narendra Modi.