Al ejecutar Chrome se aprecia su interfaz minimalista y de colores agradables. A diferencia de lo que ocurre con Firefox u Opera, su aspecto no es modificable.
La barra de direcciones se ha ampliado hasta convertirse en una barra de consultas dinámica. Conforme introducimos una palabra o una dirección, Chrome nos sugiere el resultado desde los servidores de Google.
Primero la dirección, luego resultados relacionados, favoritos, páginas en historial y palabras clave. Al mantener pulsado un botón de dirección se despliega el historial de la pestaña.
El historial completo se carga en una página aparte, donde podemos efectuar una búsqueda visual de los sitios visitados y eliminar el historial de un día concreto.
Las pestañas, en Chrome, se desplazan con suavidad. Arrastrar una pestaña fuera de la barra la cargará en una ventana independiente. Chrome mostrará una pequeña captura del sitio conforme la arrastramos.
Luego la ventana puede reintegrarse. Crear un favorito es tan fácil como pulsar la estrellita a la izquierda de la dirección. El nombre y la carpeta pueden modificarse al instante. Un clic más y podemos crear una carpeta o eliminarla.
Al abrir una nueva pestaña se muestra la página principal de Chrome. Los marcadores se muestran en la barra superior. A la derecha se agrupan los más recientes, así como un cuadro de búsqueda en el historial.
Sin embargo, lo más llamativo son las capturas de pantalla de los sitios más visitados. La barra inferior se reserva para la descarga de ficheros.
Los botones muestran el nombre del fichero, una estimación del tiempo que falta para que finalice la descarga y los bytes descargados hasta el momento.
En lugar de un porcentaje o una barra, Chrome utiliza un círculo dividido en sectores, que se colorea de verde en sentido horario conforme la descarga se completa.
Como en el caso del historial, las descargas también tienen su página aparte, desde donde podemos buscarlas, cancelarlas o mostrarlas en su carpeta original.
Si queremos borrar nuestras huellas basta con ir al menú configuración y pedir la eliminación de los datos de navegación, en su totalidad o por segmentos de tiempo concretos.
Hay una forma aún más privada de navegación. Accediendo al modo Incógnito la ventana cambiará de apariencia, volviéndose más sombría. Significa que cualquier página que visitemos desde esa ventana no será registrada. Una solución ideal cuando navegamos en ordenadores compartidos.
En caso de querer importar la configuración de otro navegador, un cuadro de diálogo nos pedirá de qué navegador queremos extraerla. Un clic y está hecho.
El resto de opciones son accesibles en tan sólo tres pestañas. En las opciones básicas es importante decidir si queremos que se restaure la última sesión o que se abran páginas específicas.
Se puede elegir la página principal y el motor de búsqueda predeterminado. Google reconoce automáticamente los motores de búsqueda que visitemos, y los añadirá a la lista: una sorpresa agradable.
Pasando a la segunda pestaña se nos da la opción de especificar la ruta de descarga de ficheros, o hacer que Chrome nos pida la ubicación previamente. En las opciones avanzadas se agrupan parámetros más específicos de seguridad, así como el gestor de certificados y de cookies.
Google Chrome es un navegador eficiente y fácil de manejar. Si no echáis de menos los plug-ins o personalizar su aspecto, constituye una alternativa válida a Mozilla Firefox.