Si os pregunto qué es Google, me diréis que es un buscador. Pero ¿sabéis que es también un navegador? Se llama Chrome, y es el navegador con el que Google quiere revolucionar nuestra forma de usar Internet.
El manejo es muy intuitivo. Por ejemplo, la barra de direcciones sugiere resultados del historial y de Google, las pestañas se organizan y arrastran fácilmente y añadir una página a los favoritos es tan sencillo como pulsar el icono con forma de estrella.
Cuando abras una nueva pestaña, Chrome te mostrará las páginas más frecuentes en recuadros con vista previa que puedes mover, cerrar o hacer fijos. También hay un atajo a los marcadores y al historial.
En cuanto a las descargas, éstas se muestran en un cómodo panel inferior desde el cual podrás acceder al resumen de ficheros descargados.
Acabas de ver lo básico, pero hay mucho más debajo del aspecto minimalista de Chrome. Desde el menú Herramientas, el último botón, puedes activar el modo incógnito, una forma de navegación que asegura la máxima privacidad.
La personalización se lleva a cabo a través de temas y extensiones. Los temas son fáciles de instalar: abre la galería, pulsa el botón “Aplicar tema” y Chrome cambiará colores y piel. En cuanto a las extensiones, se instalan y desinstalan sin necesidad de reiniciar el navegador.
Ya hay un amplio catálogo a tu disposición. En caso de que alguna te diese problemas, abre el Administrador de tareas de Google Chrome y finaliza el proceso correspondiente.
Chrome es como Google: fácil de usar y potente. Firefox, Opera e Internet Explorer tienen ahora un serio competidor.