Hace tan sólo un mes y medio, el pasado 29 de marzo, un avión de la compañía egipcia EgyptAir era secuestrado.

Un Airbus 320 con 81 personas a bordo volaba de Alejandría a El Cairo y tuvo que aterrizar en el aeropuerto chipriota de Lárnaca, bajo la coacción de un individuo con falsos explosivos. Una vez en tierra, el secuestrador liberó a gran parte de los pasajeros y terminó entregándose al cabo de seis horas de negociaciones.

Identificado como Seif Eldin Mustafa, egipcio de 59 años, logró desviar el avión y reclamaba ver a su ex-mujer, de origen chipriota, para darle una carta.

Hace 7 meses, el 31 de octubre de 2015, se producía una terrible catástrofe en el espacio aéreo egipcio. Una bomba explotaba a bordo del Airbus A321-200 de la compañía Metrojet poco después de su despegue.

En el avión viajaban turistas rusos que venían de la localidad costera de Sharm el-Sheij, en la península del Sinaí, al sureste de Egipto. 224 personas fallecieron.

El hecho de que los restos de