Los depredadores tienden a tener pupilas verticales, mientras que los herbívoros, que son presa de otros animales, por lo general tienen las pupilas horizontales. La división depredador-presa, siempre se hace evidente en la forma de la pupila de cada uno de los animales, pues prácticamente es esta la que evidencia si son cazadores o están destinados a ser animales de caza. Los animales de caza, por lo general guardan cierta ventaja sobre los animales depredadores, todo debido al formato de sus ojos. Para encontrar estas ventajas, los investigadores analizaron las habilidades de ambas especies de animales, tanto depredadores, como animales presa. En el estudio observaron cómo sus ojos podrían servir a las diferentes necesidades visuales de depredadores y presas. Por lo general las cabras y otros animales de pastoreo (como ciervos, alces y ganado), que son cazados por depredadores, tienen una estrategia muy simple para evitar ser comido: darse cuenta del peligro y escapar. Sus ojos tienen que ser capaces de hacer las dos cosas al tiempo, es por eso la forma de sus ojos, pues al ser alargados, alcanzan una visión panorámica, que les permiten reaccionar rápidamente. Por un lado, estos animales deben ver panorámicamente para detectar depredadores que pueden abordar desde varias direcciones, escriben los investigadores; y por otro lado, tienen que ver con suficiente claridad la dirección que deben seguir adelante para guiar rápidamente los movimientos, por terrenos que no sean potencialmente difícil para ellos, pero que les permitan refugiarse de sus depredadores.
El equipo encontró también, que los ojos horizontales pueden ayudar, ya que aparte de la vista panorámica que les permite, mejora la calidad de la imagen de los objetos por delante y por detrás del animal, ayudando a los ojos para captar más luz desde abajo que desde arriba. Después de una ardua observación en el zoológico local, por parte del equipo de científicos, hallaron también, que aun cuando los animales cambian de posición, por ejemplo cuando se acuestan en el suelo, sus ojos siempre vuelven al estado natural, es decir, pasan de estar alineados verticalmente, a ponerse horizontalmente de nuevo.