Ambos se han producido este lunes. El más grave tuvo lugar en la provincia de Nangarhar, en el este del país. Un suicida hizo explotar la carga explosiva que portaba en su moto de tres ruedas junto a un autobús de las fuerzas de seguridad.
Murieron doce reclutas del Ejército afgano y 38 resultaron heridos. Según las autoridades, la cifra de fallecidos podría aumentar ya que algunos se encuentran muy graves.
Los talibanes han reivindicado la autoría de este ataque, pero no del que tuvo lugar horas antes en la capital, Kabul, contra un minibús del Ministerio de Educación.
Una explosión al paso del vehículo provocó la muerte de dos funcionarios y ocho resultaron heridos.
Con la llegada de la primavera se teme un recrudecimiento de la violencia talibán en Afganistán, después de unos meses de invierno de relativa calma.