Siendo sacerdote, san Luis María de Montfort es, ante todo, un misionero al estilo de los Apóstoles. Libre como el viento, responde a las invitaciones de los obispos o de los curas de las parroquias para predicar misiones. Y los bautizados que tienen su fe un tanto dormida se comprometen, después, a ser más fieles a sus compromisos de bautismo.