Como se esperaba, la reunión entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y senadores republicanos para nombrar un nuevo juez del Tribunal Supremo ha sido infructuosa.

La cita estaba condenada al fracaso. En un artículo publicado horas antes, el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, decía que el Senado no debería considerar ninguna nominación hasta después de las elecciones de noviembre, cuando el pueblo haya hablado y haya un nuevo presidente.

El objetivo era acercar posiciones sobre quien sucederá al fallecido juez Antonin Scalia, pero los republicanos se han mostrado “inflexibles” y han reafirmado su negativa a evaluar y votar cualquier candidato designado por Obama.

Scalia murió el pasado 13 de febrero. Era uno de los jueces más conservadores del Supremo. Los republicanos temen que Obama pueda proponer a uno más moderado.

De continuar el bloqueo, temas importantes quedarán en suspenso en el Supremo, como un caso sobre el derecho al aborto o