Campo de refugiados de Dahla (Argelia), 27 feb (EFE), (Imagen: Javier Martín).- Pese a la fuerte tormenta de arena que azotó el desierto, miles de saharahuis procedentes de todos los campos de refugiados se reunieron hoy en el más remoto para celebrar el 40 aniversario de la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un estado desplazado y sin tierra debido a la ocupación de Marruecos.
Al grito de "Sahara Libre, una nación un estado", milicianos del Frente Polisario desfilaron entre el polvo ante su presidente, Mohamad Abdelaziz, y una nutrida representación de ministros y delegaciones internacionales.
También decenas de mujeres y niños ataviados con coloridos trajes tradiciones y carteles con las tres palabras que han forjado la cultura de este pueblo que reivindica un lugar propio en los mapas: libertad, resistencia y victoria.
Un triunfo -el de poder celebrar el referéndum prometido por España en la década de los pasados sesenta y apoyado ahora por la ONU-, en el que este sábado volvió a confiar Abdelaziz ante el pueblo embozado.
En un breve discurso, el mandatario volvió a instar al mundo a acelerar el reconocimiento de la RASD y a respaldar su acceso a la ONU para acabar así, dijo, con la necesaria descolonización del continente africano.
A su vera escuchaba atento el Comisario de Asuntos Sociales de la Unión Africana (UA), Mustapha Sidiki Kaloko, representante de una organización regional que reconoció a la RASD en 1984 pese a las presiones de Marruecos, actual potencia ocupante.
Kaloko habló en nombre de la presidenta de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini Zuma, quien apeló a la solidaridad entre las naciones y abogó por la resolución pacífica del conflicto, que pasa por la celebración del referéndum de autodeterminación prometido.
Delegaciones de Argelia, Mauritania, Sudáfrica, Kenia, México, Venezuela, Cuba, Alemania, Suiza, Gran Bretaña, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Hungría, Austria, Francia, España e Italia expresaron una solidaridad y un deseo similar.
"Ni los obstáculos políticos ni este tiempo adverso, con el que llevamos conviviendo desde hace 40 años, rompen la resistencia del pueblo saharaui. Al final venceremos", dijó a Efe Huda, una de las muchas mujeres de Dahla que hoy sábado llenaban el cielo de algárgolas al paso de los soldados.
Los más alegres eran los jóvenes que, en desafío a las restricciones de Marruecos, viajaron desde el Sahara Occidental a los campos de refugiados de Argelia, en los que viven cerca de 160.000 personas en condiciones precarias de extrema dureza.
"Es muy emocionante poder estar bajo una bandera saharaui sin que eso suponga riesgo de represión y tortura", explicó a Efe Ahmed Ettanji, que encabeza la delegación.
"La tormenta es parte de nuestra cultura del desierto. Estamos muy emocionados de estar aquí, bajo la bandera y el Estado saharaui", agregó Ettanji, que dijo que no quería pensar "como será el regreso".
La RASD fue