Madrid, 21 feb (EFE).- Mientras Teresa Helbig ha presentado una colección lujosa, cargada de suntuosidad, Etxeberría ha apostado por la riqueza de las plumas para coser soberbios abrigos que bien podrían bailar con los vestidos de ganchillo de María Ke Fisherman.
Se puede decir que la moda española camina a buen ritmo porque durante la cuarta jornada de la MBFWM se ha visto talento, esfuerzo y unas colecciones realizadas con tejidos y materiales ricos, que desvelan el interés que existe por la calidad y el trabajo artesanal.
Bajo esta filosofía, Teresa Helbig afianza sus veinte años de trayectoria y vuelve a iluminar la pasarela madrileña con un canto de entusiasmo y una colección "extrovertida" y cargada de luz con la que quiere celebrar sus dos décadas en el mundo de la moda. "Nunca pensé en llegar hasta aquí y vamos a celebrarlo", ha comentado la diseñadora a EFE.
Una actitud entusiasta que se transmite a través de prendas con las que quiere homenajear a "todas las mujeres Helbilg", sin caer en una revisión del pasado, mostrando el proceso "evolutivo y creativo" que la ha llevado hasta donde está.
En el intento de retratar a cada una de esas mujeres con su propia personalidad, dibuja sobre la pasarela desde la bibliotecaria hasta la adolescente coleccionista, o la romántica incurable, "incluso a una sofisticada loca por el 'running'" para la que propone coloridos pantalones super ajustados de lentejuelas.
Sin caer en una revisión del pasado, el deseo de volar hacia el futuro se plasma en algunos diseños con una metáfora llena de simbolismo, colibríes bordados con hilo y pedrería en el borde de cuellos o estampados en los vestidos.
Románticas y muy atractivas resultaron las propuestas de noche, entre ellas, diseños de terciopelo bordado en oro o un vistoso vestido largo cuajado de abalorios negros, "como si fuera efecto caviar", cuenta esta catalana que ha cosido estas perlas negras una a una hasta crear un modelo que pesa seis kilos y que crea musicalidad al andar.
Crepé de lamé, un arriesgado visón teñido con los tonos de las frutas del bosque, un abrigo en rosa con el cuello cuajado de diminutas y bellas flores de porcelana beige, un desfile que estuvo amenizado con la música de Aldo Comas, marido de la actriz Macarena Gómez e íntimo de los jóvenes Grimaldi.
IMÁGENES DEL DESFILE, CORTESÍA DE FASHION WEEK MADRID.
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