Pocos juegos dentro del género de puzles más entrañables y carismáticos que Lemmings. Sus protagonistas, aunque apenas observables en pantalla, rebosaban personalidad gracias a su incauto comportamiento y su despreocupado caminar, y ayudarles a progresar en tropel por sus peligrosos y variados mundos acabó por convertirse en una obsesión para muchos jugadores hace ya 25 primaveras.
Hoy volvemos a guiarles en su odisea suicida, para comprobar por qué aquel juego alejado de los géneros más populares a principios de los 90 consiguió hacerse un merecido hueco en el corazón de los jugadores de todo el mundo.