Tras cinco años desde el violento desalojo de casi 800 familias mayas queqchíes en Guatemala, gran parte de estos núcleos no han sido reubicados, tal como se había comprometido el Estado, motivo por el que actualmente se encuentran viviendo en condiciones insalubres y de hacinamiento. Los originarios fueron desalojados del Valle del Polochic, una región privilegiada al norte del país, para beneficiar intereses económicos transnacionales. teleSUR