Ginebra, 30 nov (EFE).- La asistencia a las víctimas es uno de los asuntos principales que abordarán los países miembros de la Convención sobre la Prohibición de las Minas Antipersonales durante su decimocuarto encuentro, que comenzó hoy en Ginebra.
Los 162 Estados parte de la Convención trabajan desde 1997 para acabar con la producción y el uso de estas armas, que sólo en 2014 provocaron diez víctimas al día.
Concretamente, en 2014 se registraron 3.678 víctimas, un 12 % más que un año antes.
Por ello, los países miembros del tratado, también conocido como Convención de Ottawa, han decidido centrar sus esfuerzos en analizar cómo pueden mejorar la asistencia a los supervivientes.
"Si el día de mañana el mundo consiguiera deshacerse de todas las minas antipersonales, seguirían quedando víctimas con discapacidad sin ayudar", dijo la princesa Astrid de Bélgica, quien participó en la inauguración de la reunión.
Para ello, a juicio de la princesa, el papel de las propias víctimas es fundamental, "han de ser ellas las que guíen nuestras acciones y nuestros esfuerzos para poder ayudarlas de la forma más eficaz posible".
Hizo un llamamiento a los países donantes de fondos para la lucha contra las minas antipersonales a que ayuden a los Estados con mayor número de víctimas, ya que en la mayoría de los casos son naciones en vías de desarrollo.
"Muchos de estos países no son capaces de satisfacer las necesidades de las víctimas por sí solos", afirmó.
Según Luzdaray Landazury, superviviente colombiana de una mina antipersonal, la inversión y una mayor ayuda por parte de los gobiernos nacionales son fundamentales.
"Es una lucha constante porque nosotros vivimos en zonas rurales en las que la asistencia a víctimas nunca llega. Necesitamos mas apoyo (por parte del Gobierno), ya que realmente son zonas de pobreza absoluta y una persona con discapacidad no tiene los medios para subsistir", explicó a Efe.
La decimocuarta reunión de los Estados miembros se celebra después de que el pasado jueves expertos de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas (ICBL) mostrasen su preocupación no sólo por el aumento del número de víctimas, sino también por la disminución de la financiación internacional.
En este sentido, la presidenta de la ICBL, Barbara Haering, alertó durante la inauguración acerca de la necesidad de "al menos" mantener la financiación internacional para "poder cumplir los objetivos fijados para los próximos diez años".
A lo largo de este tiempo, se espera que seis países miembros eliminen 9 millones de minas, que se sumarían a los 49 millones destruidos desde 1997.
Durante el acto, los asistentes felicitaron a Mozambique, que este verano se declaró libre de minas antipersonales, y a Finlandia, por haberse deshecho de su arsenal antes de lo previsto.
Asimismo, valoraron positivamente los avances desde la última revisión de la Convención, en junio de 2014.
Desde entonces, varios paíse