El grave estado en el que se encuentran muchos heridos hace temer a las autoridades rumanas que el número de víctimas aumente significativamente.

Este domingo, una 12.000 personas han participado en una marcha silenciosa por las calles de la capital.

“Las autoridades cierran los ojos. Aumentan los sobornos y parece que todo está bien. Están felices esperando que no pase nada, pero pasa”, denuncia este joven. “Este no es el primer evento con fuegos artificiales. Sé de otros dos incidentes: un concierto en una fábrica abandonada en el que dos personas resultaron heridas hace un año y hace tres, uno de los fuegos artificiales utilizados en el escenario me golpeó en la cara, y casi me quema los ojos y el pelo”, relata ese ciudadano.

La marcha silenciosa ha acabado en la discoteca Colectiv Club, escenario de una tragedia que ha conmocionado al país y que, según el Gobierno rumano, se debió al incumplimiento de normas básicas de seguridad.

Según testigos, unos fuegos artificiales e