Tokio, 2 nov (EFE), (Imagen: Maria Roldán).- En el bullicioso Japón actual todavía existen lugares en los que el recogimiento y el silencio son posibles. El monte Koya, Patrimonio de la Humanidad, es uno de esos refugios salpicados de templos y espiritualidad alejado de los excesos modernos, en el que son los rezos de los monjes los que marcan el comienzo y el final del día.
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