Unas 3.000 personas que permanecían abandonadas a su suerte en la zona fronteriza entre Serbia y Croacia, han podido reanudar su viaje este
sábado.

Tras recibir la ayuda de vecinos y voluntarios de la Cruz Roja, las autoridades croatas han organizado su traslado en autobuses hasta la frontera húngara.

“Como cerraron la frontera en Bajakovo, los refugiados llegaron hasta esta zona. Tienen que dejarles pasar, que salven sus vidas. Nadie que viva bien huye de su país”, explica un vecino de Strošinci.

Son apenas dos horas de viaje, dentro de territorio croata, entre Strošinci y Baranjsko Petrovo Selo.

Sólo durante la jornada del viernes 10 000 refugiados entraron en Croacia.

Luego, llegan los trámites en la frontera húngara, un país que prevé levantar una nueva valla para frenar a los refugiados en su camino hacia Europa Occidental.

Tras Hungría, atraviesan la frontera con Austria por la que han pasado en estas últimas horas 10.500 personas.

Otra etapa más huyendo primero