El cruce de acusaciones y los bloqueos fronterizos se suceden y, en medio de esta pelea política, miles de personas siguen huyendo de la guerra y la pobreza.

El cierre de la frontera de Hungría con Serbia la pasada semana, ha convertido a Croacia en país de tránsito.

En Opatovac, los refugiados reciben la ayuda de organizaciones y voluntarios.

“Nos han dicho que les estamos cuidando, que es algo muy bueno y que estaban felices. Intentamos darles confianza, decirles que están seguros, que están en Europa. Han sufrido mucho para llegar hasta aquí”, asegura este voluntario.

La ruta migratoria de los Balcanes ha cambiado de rumbo. En Croacia, los refugiados que aceptan ser registrados son llevados en autobuses hasta localidades fronteriza húngaras como Beremend.

El gobierno húngaro ha criticado que las autoridades croatas envíen a los refugiados a su frontera, donde ya ha comenzado a levantar una valla.

Ajenos a estas peleas políticas, los refugiados siguen viendo Europa