Son los indignados libaneses reunidos en torno al colectivo ciudadano #YouStink (¡Apestas!) que piden, desde hace un par de meses, la dimisión del ministro de Medio Ambiente, Mohamed Mashnuk. Todo porque el Gobierno libanés ha sido incapaz de resolver una crisis, desatada por la clausura del principal vertedero de la capital y la suspensión de la contrata de las basuras.
“Estamos en huelga de hambre porque no soportamos. Pedimos la dimisión del ministro de Medio Ambiente, que se determinen las responsabilidades en todos los casos de corrupción. Una corrupción que está presente en la crisis de la basura, y esta crisis nos llevó a las calles”, explica uno de los manifestantes.
Tras una ola de grandes manifestaciones, el gobierno anunció un plan de choque a largo plazo. Un plan que prevé dotar a los ayuntamientos de mayores competencias y abrir dos nuevos vertederos.
Muchos libaneses consideran que la basura es un símbolo de la incapacidad de un sistema político corrupto para cubrir