Barcelona, 15 sep (efesalud). La doctora Carmen Sala Salmerón, obstetra de la Clínica Gine-3 de Barcelona, nos trae en este inicio de curso informativo a una promesa de la ginecología catalana, Ariadna Blasi, joven que ambiciona ser médico y alcanzar la talla profesional de su padre, dos metas que solo podrá conseguir después de superar el filtro de la Universidad y tras ganarse, día a día, el respeto de los pacientes con su duro y especializado trabajo.
Esos objetivos también formaron parte de las ilusiones de Carmen Sala. La ginecóloga ha dado otro paso más al frente. No tiene mayor inconveniente en divulgar su experiencia en el mundo de internet. La juventud siempre necesita referentes vitales.
"Ariadna quiere ser médico -señala-, tal vez ginecóloga, y algún día ponerse una bata blanca y atender a sus pacientes en la consulta... ¿Es éste tu deseo, tu único deseo?", le pregunta.
"Solo hay un plan A, no tengo un plan B. Es mi ilusión desde que era una niña pequeña. No hay un porqué que yo pueda explicar con palabras, aunque sí puedo decir que es un deseo íntimo e irrefrenable, tal vez vocacional, que anhelo cumplir. Quiero ser ginecóloga", responde.
Ariadna es la hija de un médico, el jefe de diagnóstico prenatal de la Clínica Gine-3, el doctor David Blasi, especialista en ecografía tocoginecológica y en el embarazo de alto riesgo; y quizá por eso sus genes novicios se arrimaron sin dudarlo hacia la devoción del padre, al que admira profundamente.
"No solo me fascina su vocación, sino su trabajo, su especialidad ginecológica y, sobre todo, su dedicación a los pacientes, las mujeres. Mi padre es un personaje excepcional".
Carmen Sala, que tiene dos hijos médicos, quiere verificar, como buena doctora, este diagnóstico, y cuestiona, con cariño, la opinión de esta realidad en ciernes que tiene ante el micrófono del vídeoblog... ¿Entonces, tu experiencia familiar ha sido decisiva a la hora de elegir tu carrera profesional?
"Me ha influenciado totalmente. En mi casa he sentido el honor y el privilegio de la profesión médica y he comprobado la honestidad de mi padre. He sido testigo de centenares y centenares de muestras de agradecimiento de tantas y tantas mujeres. Mi padre me ha impregnado de Medicina", responde Ariadna con orgullo.
Carmen Sala sabe muy bien que solo la genética familiar transmitida con el ejemplo y la palabra no es suficiente para ser un buen médico y pone el foco en los estudios universitarios, currículo imprescindible para alcanzar cualquier meta de grandes vuelos.
Plantea sin rodeos una duda que asalta a todos los estudiantes más temprano que tarde... ¿Te parece justo o injusto que la nota de corte de la selectividad delimite cursar esta carrera sin que se tengan en cuenta otros factores, como la vocación?
"Estoy muy preocupada ante la posibilidad de no poder entrar en la Universidad. Considero que se tendrían que valorar también otros aspectos como la vocación, la empatía con los pacientes o el esfuerzo, no solo unos resultados académicos de excelencia, ya que una nota de 9 no garantiza la calidad operativa de un futuro médico", dice Ariadna.
La ginecóloga, empresaria, mujer, madre y periodista ocasional, Carmen Sala Salmerón, no puede estar más de acuerdo con este argumento; y concluye la entrevista estimulando a todas las jóvenes como Ariadna Blasi: "Ánimo, estudiad mucho. Sed fuertes, porque si queréis ser médicos, sin duda lo conseguiréis".
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