La corteza prefrontal está íntimamente relacionada con la concentración y el alcance de la atención. Aquello en lo que nos fijamos y concentramos produce un importante efecto en cómo nos sentimos y actuamos todos los días. Muchas personas con problemas de la CPF, en especial con TDA, suelen regirse por el conflicto, como forma de «poner en marcha» la actividad de la corteza prefrontal.