La aviación turca ha bombardeado en estas últimas horas posiciones de las milicias del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Es la respuesta al ataque perpetrado el domingo contra un convoy militar el Ejército turco, y reivindicado por este grupo.

Los hechos tuvieron lugar en la provincia de Hakkari, muy cerca de la frontera iraquí.

Murieron al menos 15 soldados.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, mostraba en una entrevista televisada su consternación por el ataque, al tiempo que anunciaba una respuesta “particular y decisiva”.

Además, también el domingo murieron dos policías turcos en la provincia de Diyarbakir, la ciudad más grande del sureste de mayoría kurda.

Desde la ruptura de la tregua, los ataques de los milicianos kurdos contra las fuerzas de seguridad turcas son constantes.

Todo en un país pendiente de las elecciones generales anticipadas convocadas el 1 de noviembre.