El director de teatro e investigador polaco Jerzy Grotowski sostenía que la actuación es un vehículo, mas no un escape o un refugio; además, daba un énfasis primordial a la relación que hay entre actor y espectador, pues incorporaba a este último al hecho teatral, dotándolo de un espacio no solo para mirar, sino también para pensar lo representado. Y, en el proceso, el actor acoge un método, no solo haciendo gala de talento, sino avivando una tendencia hacia el autoconocimiento.