Azucena Gutiérrez tiene el espíritu emprendedor en la sangre. Sus bisabuelos tuvieron una juguería durante 51 años y sus padres, un restaurante de pescados y mariscos. Desde muy pequeña le gustó hacer negocios y junto con su hermano mayor vendieron desde chups de frutas, panetones, jeans y polos hasta ‘bijouteria’. Pero su verdadera pasión se despertó en la universidad, donde tenía que hacer un plan de negocios, y no tuvo mejor idea que ‘revolucionar’ la tradicional juguería de barrio y convertirla en moderna e innovadora.