Más de mil miembros de las Juventudes Laboristas parcipan, a partir del viernes, en el campamento de verano de Utøya. La organización regresa a la isla donde, en 2011, el ultraderechista Anders Behring Breivik mató a 69 personas.
Un monumento funerario ha sido erigido en uno de los escenarios de la masacre.
“Es un poco especial, asegura Jon-Inge Sogn, padre de una de las víctimas. Es la primera vez en cuatro años y si aquello no hubiera sucecido, estoy seguro de que mi hija estaría hoy aquí, por eso es tan especial para mi. Así lo siento al ver a todos estos jóvenes, hoy, aquí.”
El 22 de julio de 2011 Breivik hizo estallar primero una furgoneta bomba en el complejo gubernamental de Oslo, matando a ocho personas. Acto seguido se dirigió a la isla de Utøya y haciéndose pasar por un policía disparó a otras 69 personas.
Breivik fue declarado penalmente responsable de sus actos y condenado a 21 años de custodia, prorrogables de forma indefinida, lo que en la práctica puede equiva