Cuatro años después Noruega conmemora el aniversario de los atentados cometidos por el ultraderechista Anders Breivik. Unos atentados en los que murieron 77 personas.
Con sendos actos en los lugares de la masacre, el distrito gubernamental de Oslo y las isla de Utøya, ciudadanos y políticos han rendido un homenaje a las víctimas. Personas inocentes, ha dicho la primera ministra noruega, que su país nunca olvidará.
“No puedo decir que entendamos lo que pasó. Creo que solo aquellos que han perdido un hijo o una hija, un hermano o hermana pueden saber realmente lo doloroso que es. Aún así tratamos de entenderlo, de demostrar que nos importa con nuestro respeto y compasión”, señala Erna Solberg.
Un respeto que, para algunos, no está presente en esta muestra. Una exposición en la que se exhiben el amasijo de hierros carbonizado de la furgoneta que estalló en Oslo
, varios de los instrumentos que utilizó Breivik para su matanza o cámaras y teléfonos de los jóvenes que estaban en